De lo Rural, Agricultura en Guatemala

Centro de plantas Medicinales Qoomanel San Juan La Laguna
Centro de plantas Medicinales «Qoomanel» San Juan La Laguna

Ensayo*

Según datos, del Instituto Nacional de Estadística de Guatemala. Basándose en su ultima encuesta, en 2012, el 51.5% de la población vive en áreas rurales, con un 32.2% que se dedica a la agricultura. Dejando a esta actividad como la mayor fuente de trabajo. Mostrando que Guatemala es mayoritariamente agrícola.

Al recorrer el país se percibe un ambiente desordenado. En cuestión de la utilización de las tierras y las practicas para cultivarlas. En una lucha desenfrenada por el agua y la venta de parte de empresas dedicadas a agro insumos. Que compiten ofreciendo capacitación técnica gratis, para que consuman sus semillas y fertilizantes.

Con una parte de la población sembrando para subsistencia propia y, una minoría, conservando métodos y semillas tradicionales. Algunos siendo parte de iniciativas de organizaciones sin fines de lucro, o de organizaciones comunitarias. Donde colaboran, a continuar con los cultivos de semillas criollas y nativas. Creando eventos para el intercambio, haciendo que algunas poblaciones opten, a cultivar para consumo familiar. Mejorando en su alimentación, siendo autosostenibles en la producción de sus alimentos.

En algunos casos se puede observar la presión, de cambiar sus cultivos hacia métodos industriales. Con la promesa de ingresar al mundo de las exportaciones agrícolas, sembrando productos para la demanda nacional e internacional. Ademas de varias cooperativas, originadas como iniciativas de organización comunitaria. Que se han especializado en la exportación de hortalizas, frutas y flores. Junto al café, té negro y el cacao. Siendo una pequeña mancha, tras los grandes latifundios, que se conservan desde la época colonial. Con producciones de caña de azúcar y ahora en tiempos modernos, con palma africana y pastos para la crianza de ganado. Que contribuyen de manera negativa al cambio climático, destruyendo la variedad ecológica de los territorios que ocupan. Ademas de aumentar la huella de carbono de los productos que producen, dándole prioridad a las exportaciones. Arrinconando cada vez más, a las poblaciones con cada vez menos tierras y, con pocas opciones de empleo. Fuera de trabajar como peones en las fincas. Dejando a las nuevas generaciones con, pocas opciones para su desarrollo y haciendo que la actividad más deseada, sea la migración.

 

 

Según, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, FAO. Guatemala cuenta con un 46.5% de los menores de 5 años, padeciendo de desnutrición, que en su mayoría habitan en áreas rurales. Mostrando que las personas que viven en el campo no se alimenta bien. Lanzando la pregunta al aire; ¿que provoca está situación? Si los territorios cuentan, con los recursos adecuados para que esto no suceda. Creando la ironía circunstancial, que las personas que trabajan generando los alimentos, no tienen acceso a ellos.

Podemos beneficiar al desarrollo rural. Ademas de contribuir contra el cambio climático, la propagación de monocultivos y la desigualdad social. Incentivando el cultivo para consumo propio. Y al comprar, eligiendo, a los productores responsables. Dándole prioridad a los mercados locales y a los pequeños productores, que en su mayoría, venden los excesos de sus producciones familiares. Que conservan plantas de origen nativo y son cultivados orgánicamente. Incentivando la conservación de estos métodos, beneficiando a largo plazo a la agricultura y el medio ambiente. Ademas de hacer circular recursos monetarios hacia ellos. Mejorando su calidad de vida e incentivando que, conserven sus métodos tradicionales de agricultura. Obteniendo cada vez mejor comida, libre de procesos químicos. Generando mayores oportunidades para las familias que, literalmente alimentan, a los centros urbanos del país.